Escucha Activa.

Todos los adultos tenemos la oportunidad de aprender a ser mejores seres humanos escuchando  y respetando a la infancia.

En la escuela Reggio Emilia el diálogo y la escucha forman parte de las experiencias de nuestros niños y niñas, de esta forma  los docentes aprendemos de la sabiduría con la que todo niño y niña está dotado en sus primeros años de vida.

Ha llegado el momento en el que el mundo adulto debe desarrollar el reto del CONOCIMIENTO Y  RECONOCIMIENTO de la cultura de la infancia. En este proceso los adultos debemos aprender de sus lenguajes poéticos, su ética, su justicia, su bondad, su transparencia y su espléndida sensibilidad. 

Quizás también sea un buen momento para reflexionar con la máxima sinceridad y honestidad. Quizás debamos ser adultos más que nunca, y plantearnos cuestiones que en las relaciones y en la convivencia con otros iguales nos afectan de forma directa. Todos sabemos que los aspectos emocionales son la base de nuestro crecimiento y bienestar personal y también sabemos identificar lo que nos daña la indiferencia, lo que nos afecta sentirnos agredidos, lo que nos violentan las injusticias. Somos seres plenos de derecho y, por ello, no permitimos los maltratos en ningún aspecto.

Me pregunto y espero os lo preguntéis también, ¿cual es la razón para negar a la infancia los derechos que como adultos tenemos?

Es necesario que el acompañamiento a la infancia lo hagamos desde el pleno respeto a sus emociones, respeto y escucha a sus pensamientos,  respeto a su cuerpo y respeto a todos los contextos donde ellos y ellas construyen su  máximo exponencial como SER.

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