¿Qué es educar?

¿Educar o enseñar?

Hace muchos años, en busca de la mejor forma de acompañar a mis niños y niñas, empecé a investigar varias metodologías a las cuales me sentía afín y encontré miles de formas de amar y entender el proceso de acompañamiento. En este viaje pude reafirmar y estructurar mi identidad como educadora, dotándome de otra sensibilidad, de otro color, de otra forma de escuchar y mirar con el corazón. Ya me entendéis…

En este viaje aprendí la importancia de esperar, de eliminar mis expectativas, aprendí a valorar sus lecciones de bondad y de perdón, descubrí de ellos el VALOR de las cosas invisibles, el valor e importancia de las palabras, la riqueza de las cosas más simples. Aprendí a traducir su especial forma de comunicar, con sus movimientos corporales, con la cara, con los ojos, con el corazón, como nunca un adulto podría hacerlo porque simplemente creció.

Gracias a esto, entendí que mi cometido no era enseñar. Mi cometido era dejar huella y aportarles una buena herencia emocional, afianzar sus raíces, ayudarles a que sean escuchados, respetados en todos los contextos, ayudarles a ser valorados por sus diferencias, es decir sus riquezas y autenticidad.

Ellos me enseñaron y me ayudaron a entender que enseñar es más que transmitir algo. Enseñar, es darles la mano para que magnifiquen todas sus habilidades y sus dones. También me enseñaron el valor de los procesos, el valor del interés y la experiencia en base al contacto directo ( yo solo) y que, si todo esto no existe, no hay herencia, no hay huella y no aporto ni contribuyo en la estructura emocional y cerebral de un pleno ser humano. Entendí la responsabilidad de mis palabras, mis gestos y movimientos. Entendí el verdadero significado de la palabra respeto. No podía hacer otra cosa que estar a la altura de sus necesidades y para ello debí conocer sus tiempos, sus etapas y en base a ello, poder ofrecerles recursos útiles y prácticos para la vida y para el alma.

Ellos me enseñaron a no reprimir mis emociones, a expresarlas con naturalidad, aprendí que sino exteriorizaba, mi registro emocional no crecería y podría llegar a mutar o morir, corriendo el riesgo de convertirme en un ser humano rígido falto de sensibilidad y, peor aún, sin emociones y sin la capacidad de expresarlas.

Gracias a ellos desaprendí y entendí que enseñar es dejar que ellos aprendan. Enseñar es aprender de ellos. Enseñar es respetar y sumar a su crecimiento personal experiencias conscientes, y con suficiente realismo y humildad para empujarlos a llegar hasta el infinito y más allá. Enseñar es no limitar, enseñar es esperar y permitir procesos y resultados reales que den paso a otras posibilidades. Educar es el legado de nuestro ejemplo para alimentar su patrimonio emocional. Educar es un derecho y un acto de amor, por todo esto, me niego a simplemente enseñar.

 

Desde mi laboratorio. 🌱🤘🏼💚 🧠

#paola_delacruz_s

www.dinoschool.es/blog

#paolacruzschz

#culturadelainfancia #crianzarespetuosa